Pues sí, vengo a hablar del tema más interesante, y que más seguidores me va a proporcionar, en mi exiguo año de vida como bloguero-escritor en ciernes.

Escribir debe ser un acto de honradez.

Es lo único que he podido encontrar —en un artículo de 1983— cuando he puesto en Google: “escribir con honradez.»

Luego he probado a poner “cómo ser escritor de éxito” y han salido algunos resultados más. Unos pocos.

Lo cual da una idea de el posible éxito que puede tener esta entrada y el camino que me propongo seguir de aquí en adelante.

¿Quieres que te hable de honradez? Es probable que no te guste, nada. Pero yo te diría que por lo menos hicieses un pequeño esfuerzo por seguir adelante.

honrado, honrada

adjetivo

  1. 1.
    [persona] Que actúa rectamente, cumpliendo su deber y de acuerdo con la moral, especialmente en lo referente al respeto por la propiedad ajena, la transparencia en los negocios, etc.

Solo hay un problema con esta definición: los sustantivos no quedan muy definidos.

¿Qué son el deber, la rectitud o la moral?

Y la pregunta definitiva:

¿Qué me importan todas esas palabras «rarunas», como escritor?

Intentando anticipar los pensamientos ventajistas, no hablo de sobre qué se puede escribir, ni cómo abordar el proceso mismo de la escritura, sino qué tipo de ejercicio como escritor —y persona— lanzo al mundo cuando escribo.

De hecho si lo primero que has buscado en google es “cómo ser un escritor de éxito” te ruego encarecidamente que no sigas leyendo.

Ser honrado o actuar con honradez no tiene nada que ver, en primera instancia, con tus acciones, sino mucho más con la percepción que tienes de ti y del mundo que te rodea. 

Y cómo soy así de altruista y benévolo —muy al hilo del post— os dejo tres claves para reconocer el nivel de honradez con el que os enfrentáis al mundo real.

1. Reconoce que eres un mal escritor

Vayamos a la definición:

¿Cuál es el deber de cualquier escritor?

giphy-43¡Trasmitir! ¡Entretener! ¡Forrarse a billetes verdes!

¿Y que tal si lo limitamos a “solo” escribir bien?

El problema es que surge otra pregunta, bastante más cabrona —que el corrector me cambia por carbona, que no sé lo que es—: ¿cómo sé que escribo bien?

No lo puedes saber, porque no depende de ti al 100%, my friend.

Depende de lo que le llegue al que lea tu novela, relato o ensayo. Incluso si tienes una comunidad de fans, depende de que no te duermas en los laureles y que les mantengas pegados a tus páginas. Y aún así, siempre habrá algo que no manejarás en condiciones o llegará alguien que lo haga mejor que tú y cargarás tus iras sobre él o ella o, peor, sobre los fans, tildándolos de ignorantes y judas —¿judases en plural?—.

No puedes hacer nada para gustar a todo el mundo. Solo puedes agachar la cabeza, analizar lo que hay dentro de ella y tratar de mejorarlo.

¿Cómo?

Formándote —eso incluye leer, por si alguno anda despistado—.

Eso de que la inspiración, las musas y el corrector del word son lo único que importa en la vida de un escritor, son mentiras para decirte que “si te lo propones conseguirás todo lo que quieras”.

Siento decirte que la vida no funciona así.

Incluso esforzándote al máximo es probable que nunca llegues a ser J.K. Rowling. Casi hasta lo puedo asegurar.

¿Entonces, qué me queda?

Hacer bien tu trabajo. 

Existen técnicas para sacarle brillo a tu escritura, para tener más y mejores herramientas e incluso para saber utilizar tu imagen de escritor. Muchas de esas opciones son increíblemente baratas o incluso gratuitas.

¿Pretendes ganar miles de millones sin invertir ni un céntimo y cero segundos? Suerte.

Y la única forma de formarse y aprovecharlo es asumiendo que no eres bueno, que siempre tendrás que mejorar.

Por si esto no te parece suficiente, Jaume lo explica de maravilla en su post y además invita a otros escritores a dar su punto de vista.

2. Reconoce que tu visión del mundo es parcial, errónea y subjetiva

giphy-44Joder, como estamos hoy ¿eh?

Me gustan mucho las reseñas del tipo “el libro es una mierda porque no es ciencia ficción”. Y punto.

Menos mal que la ciencia ficción es un género sumamente fácil de definir como para utilizar una argumento de ese tipo.

En el mundo de hoy, en el de “si quieres, lo tienes” —lo de “si quieres, puedes” es demasiado arcaico—, no sirve de nada confrontar, tener una mente abierta y respetar las opiniones de los demás. Eso no se enseña en las escuelas de negocios.

Como escritor puedes funcionar de la misma manera. Escribe como consideres oportuno, incluso con faltas de ortografía, si eres de los que piensas que las tildes son una lacra. Pero luego no te quejes de que eres un incomprendido.

Durante las últimas semanas he seguido bastante de cerca un par de debates sobre las ideas, la libertad de expresión y su traducción a la ficción y me quedo con una frase —que se aplicaba al género fantástico, pero que yo, con mi gran magnanimidad, extiendo a concepto global—.

¿Todo vale? No ¿Todo es posible? Ok

Es un concepto bastante sencillo y que no se valora en su justa medida.

En literatura es factible escribir sobre cualquier tema, desde cualquier óptica y con cualquier nivel de vehemencia. ¡Pero, ojo! Hay que estar preparado para que alguien te diga que estás equivocado, que eres un animal o simplemente que te odia con toda su alma.

Y si no pensad que Mein Kampf estaba basado en ideas, que a la postre no hicieron daño a nadie ¿no?

¡Eso solo pasa en la no ficción!

¿Seguro? Prueba a hacer un comentario negativo —aunque tengas argumentos— contra un libro de culto, por ejemplo El nombre del viento, y espera. Seguro que todo el mundo te ama sin condiciones.

Reconocer que tu visión del mundo solo parte de tus dos ojos y de tus cinco sentidos es un ejercicio diario y necesario.

Asumir que no estás aquí para cambiar el mundo y que quizá, y solo quizá, puedes aspirar a escribir un libro que entretenga a algunas personas, es una reflexión que puede hacerte meditar tu rumbo como escritor.

giphy-45Salvo que seas un hater, entonces este es tú momento.

3. Reconoce que el mundo avanza a mucha más velocidad que tú.

Hace la tira de años —A.C. años, medida estándar— se escribía en tablillas. Un tiempo después se inventó el papiro y mucho mas tarde el papel, la encuadernación, la imprenta y cosas así. No hace mucho que tenemos bolígrafos, menos que tenemos ordenadores y mucho menos aún Scrivener. El tiempo entre avances cada vez es más reducido: ¿qué pasará dentro de cinco años? ¿Y dentro de diez?

El mundo, la tecnología y la sociedad avanzan a velocidades que no podemos asumir, por mucho que queramos —tengo 36 años y empiezo a pensar que hay demasiadas App que no tienen utilidad alguna, signo inequívoco de senilidad tecnológica—.

Quizá hace veinte años un escritor se podía permitir el lujo de solo escribir. Pero ya no es así.

Ahora hay que saber que son las redes sociales, que es la nube, que es Wattpad y dónde encontrar al señor Amazon. Y eso es ahora. Mañana serán cosas que no puedo ni imaginar.

Por eso, si has llegado hasta aquí y eres de los de concepción clásica del escritor —de los de no vender tu alma al diablo haciendo copywriting, por ejemplo—, empieza a pensar que igual dentro de no mucho tienes que cambiar de profesión.

giphy-46¿Por qué lo diga yo? No, porque lo dice la evolución fast and furious actual.

Saber reconocer que la obsolescencia está a punto de alcanzarte te llevará directamente al punto número 1.

¿Quieres vivir pensando que la Super Nintendo fue la mejor consola de todos los tiempos? Tendrás la razón absoluta —comentario totalmente objetivo—, pero te verás abocado al ostracismo tecnológico y, poco a poco, social.

Seguramente muchos —o los pocos— que hayáis leído hasta aquí os preguntéis de qué sirve todo esto. Qué mas da cuando al mundo le importa un pimiento la honradez, el respeto y lo ajeno. Y tenéis razón. A nadie le importa nada de eso. 

Pero ese argumento no va a impedir que me siga considerando un mal escritor, que considere que mi opinión es totalmente subjetiva y que piense que el mundo va a mucha más velocidad de la que puedo comprender.

Porque creo que es la única manera de convertirme en un escritor honrado, pésimo artísticamente quizá, nulo a nivel de carisma, pero orgulloso por no criticar a un compañero sin motivos, por no imponer mi opinión a nadie y sobre todo por respetar el trabajo de otros, que como yo, solo intentan hacerse un lugar en el gran océano literario.

Por eso…

¡Nunca dejéis de escribir!

¡Pero hacerlo con honradez!

3 comentarios en “Tres pilares para una escritura honrada

    1. ¡Hola Adella!

      Es complicado hablar de estos temas, pero si no lo hacemos —de manera responsable— nunca cambiaremos nada.

      Es una forma de poner mi granito de arena.

      Muchas gracias por pasarte y por comentar.

      Un saludo

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